Al anticipar el disparo de un rival, un jugador usa la corteza prefrontal que es la que se encarga de la planificación estratégica, la cual es fundamental para planificar y ejecutar planes y acciones a la hora de estudiar, por ejemplo. El ejercicio aeróbico de la actividad física del juego estimula el hipocampo, la parte del cerebro que es responsable de la memoria a largo plazo.